La Habana (AIN).— Con tal de ganar dinero, a los traficantes de animales no les importa violar las leyes, ni mucho menos proteger la vida de los seres vivos.
Una crónica de Efe desde Lima señala hoy que funcionarios del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), del Perú han detectado y arrestado a personas con serpientes enrolladas en el cuerpo y pequeños monos dopados que iban a ser sacados del país ilegalmente.
Este año, los representantes de este organismo estatal incautaron ejemplares de unas 400 especies vivas y otros miles disecados, según declaró a Betty Alvarez, administradora técnica forestal y de fauna silvestre de Inrena.
En el aeropuerto limeño detuvieron, este mes, la salida de unas dos mil mariposas disecadas, que iban a ser enviadas a Brasil, mientras que el mes anterior se detectaron otras cinco mil 856 mariposas destinadas a la República Checa.
Entre otras especies protegidas por las leyes peruanas han sido hallados en maletas o cubiertos de telas adheridas al cuerpo de algún pasajero, escarabajos con tenazas y con cuernos, muy solicitados en Brasil o países asiáticos como Japón, Corea, China y Taiwán.
En esas naciones se hacen apuestas para ver las peleas entre estos insectos, por lo que su cotización individual alcanza los 200 dólares, señalaron los especialistas del Inrena.
Este tráfico ilegal pone también en riesgo a especies al borde la extinción como los pericos «botones de oro», cuyas hembras y machos son muy requeridos en otros países sudamericanos.
En la larga lista son recurrentes los pequeños monos, ranas, armadillos, víboras, serpientes, las tortugas llamadas taricaya y ‘’matamata’’, loros de varios tipos, guacamayos y otros animales típicos de la amazonía peruana.
Al tráfico ilegal de animales se suma también el de la flora, pero para ambos casos el código penal peruano posee leyes que, aunque no impone multas en dinero muy severas, sí garantiza al menos un arma para los que trabajan por proteger la naturaleza y el patrimonio peruano.
El blog de María Elena 