Comentaré ahora algunas cuestiones sobre el uso de comillas en el español, según disposiciones de la Ortografía de la Lengua Española, publicada en 1999.
Las denominaciones que da este texto (acápite 5.10.) a los diferentes tipos de comillas, son como sigue: “[…] las COMILLAS ANGULARES, también llamadas COMILLAS LATINAS o COMILLAS ESPAÑOLAS (« »), las COMILLAS INGLESAS (“ ”) y las COMILLAS SIMPLES (‘ ’)”. Después se dice: “Por lo general, es indistinto el uso de uno u otro tipo de COMILLAS DOBLES; pero suelen alternarse cuando hay que utilizar comillas dentro de un texto ya entrecomillado”. (La alteración de la tipografía en este párrafo es mía).
Por supuesto, cuando se edita un original se escoge cuál tipo de estas COMILLAS DOBLES se va a emplear, uniformemente, a todo lo largo de él. Digamos que se ha escogido usar las inglesas (“ ”); entonces, para poner comillas dentro de un texto entrecomillado, se emplearían las del otro tipo, que, en este caso del ejemplo que seguimos, pues serían las españolas (« »).
Por lo general, en nuestras editoriales se cumple la norma de no usar comillas en citas mayores a partir de la sexta línea de caja, y estas se imprimen en una medida menor que la de la caja. ¿Cómo proceder en cuanto al tipo de comillas a usar dentro de una cita que se ha impreso en una medida menor?
He observado que, casi siempre, en tales casos como el que se inquiere antes, se usan las mismas COMILLAS DOBLES que han sido adoptadas para todo lo largo del texto, y entiendo que esto es una incongruencia de este estilo tipográfico. Si dentro de una cita o texto entrecomillado hemos empleado el otro tipo de COMILLAS DOBLES, que en el ejemplo que se sigue son las ESPAÑOLAS (« »), deben ser estas mismas las que se empleen cuando sea necesario usar comillas dentro de una cita o texto en medida menor de caja, pues, si bien las citas en medida menor no llevan comillas en su comienzo y en su final, se puede decir que, “simbólicamente”, sí las llevan.
Me parece que esto es algo lógico y congruente con el estilo en la edición de un libro, lo cual nunca lo he visto normado en lugar alguno, pero es el estilo que he puesto en práctica, muy personalmente, desde hace tiempo. Creo que es una proposición interesante a tener en cuenta.
Dije en un comentario anterior que no existía normativa editorial para destacar tipográficamente algún término conceptual del cual se quiere ofrecer su significado o bien compararlo con otro, así como que no había disposición para destacar una voz expresada en forma especial dentro de un texto. Dediqué un espacio a esto, en su momento, un comentario sobre cuestiones de destaques tipográficos, y en esa oportunidad traté ambos asuntos. Entonces dije que debían destacarse estos vocablos o frases, ya bien con comillas o con otro tipo de letra (ver asunto 2 101). Sin embargo, hoy ya está normado por la Academia en su Ortografía…, de 1999. Veamos qué se expresa sobre estos casos:
• Disposición 5.10.5.: Cuando en un texto se comenta o se trata una palabra en particular, esta se aísla escribiéndola entre comillas. Por ejemplo: “Como modelo de la primera conjugación, se utiliza normalmente el verbo «amar»”.
Pero esta disposición tiene una nota aclaratoria, la cual dice: “También se puede distinguir la palabra escribiéndola subrayada o con un tipo de letra diferente, si esto es posible”.
• Disposición 5.10.6.: Cuando se aclara el significado de una palabra, este se encierra entre comillas. En tal caso se prefiere utilizar comillas simples. Por ejemplo: “«Espiar» (‘acechar’) no significa lo mismo que «expiar» las faltas”.
En este enunciado no se aclara, sin embargo, que aquellas palabras, las cuales son objeto de comparación, también deben ir destacadas —o “aisladas”, como dice el primero de estos dos enunciados— con comillas o con otro tipo de destaque, tal como se especificó en la disposición anterior. Pienso que debe ser un olvido, por cuanto resulta incongruente, y me afilio a la idea de destacar tipográficamente de cualquiera de las formas conocidas, a estas palabras, y hasta frases que también sean, de alguna manera, tema de comparación.
Como se puede observar en los citados acápites o disposiciones 5.10. y 5.10.6, se les ha llamado COMILLAS SIMPLES a las que tienen una sola virgulilla al abrir y al cerrar (‘ ’). Con tal denominación las conocemos también en el medio editorial cubano. Sin embargo, ese nombre no ha sido registrado en el diccionario académico, quizás por olvido. En el DRAE del 2001 en el artículo COMILLAS, nada se dice de COMILLAS SIMPLES. La definición de lo que la citada Ortografía de la Lengua Española, de la Real Academia Española (RAE), en su edición de 1999, denomina COMILLAS SIMPLES, solamente aparece en el mencionado artículo COMILLAS, en su acepción 2, así: “Signo ortográfico (‘ ’) que se usa al principio y al fin de una palabra o frase incluidas como cita o puestas de relieve dentro de un texto entrecomillado más extenso. También se emplea para indicar que una palabra está usada en su valor conceptual o como definición de otra”.
Por su parte, en el acápite 5. 10., de la Ortografía..., de la RAE, se ofrece como denominación de las comillas que tienen dos virgulillas al abrir y al cerrar —ya sean ESPAÑOLAS o INGLESAS— la de COMILLAS DOBLES, nombre que tampoco aparece consignado en el DRAE, aunque sí aparece la debida definición de estas en el mismo citado artículo COMILLAS, pero en su primera acepción.
¿Será olvido? ¿Será incongruencia? ¿O, acaso, serán “libretazos” de la referida Ortografía…, el bautizarlas como COMILLAS SIMPLES y COMILLAS DOBLES? No lo sé. Pero que para bien sea. Quizás una próxima edición del DRAE nos traiga estos nombres debidamente consignados en el léxico español. Mientras, ya no cabe duda alguna que podremos usarlos sin temor.
(Fuente: CUBARTE)