Por Eduardo Galeano
Cuando yo estaba en la escuela… la maestra nos explicó que Vasco Núñez de Balboa había sido el primer hombre que vio los dos océanos —vio los dos mares a la vez, el Pacífico y el Atlántico desde una cumbre de Panamá—, el primer hombre.
Y yo levanté la mano y dije: —»Señorita, señorita».
—»¿Sí?»
—»¿Los indios eran ciegos?»
—¡Fuera!
Fue mi primera expulsión.
¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América?
¿Hernán Cortez? ¿Francisco Pizarro?
Los que allí vivían ¿eran mudos?
Lo escucharon los peregrinos del My Flower… Dios decía que América era la tierra prometida.
Los que allí vivían ¿eran sordos?
Después los nietos de aquellos peregrinos del norte se apoderaron del nombre y de todo lo demás.
Ahora americanos son ellos; los que vivimos en las otras Américas ¿qué somos?
Los llamados indios —por un error geográfico notorio de Colón…— y que prefieren llamarse a sí mismos naturales, que son una manera mucho más hermosa de decir quiénes son. Han sido muy maltratados y lo siguen siendo por una conquista que continúa, siglo tras siglo en tierras de América.
Y podemos citar un par de ejemplos cercanos: la avenida más larga del Uruguay lleva el nombre de Fructuoso Rivera, que asesinó a los últimos charrúas, y la estatua más alta de la Argentina es la estatua del general Roca, que limpió de indios toda la Patagonia.
Miles de muertos sin sepultura deambulan por la Pampa argentina. Son los desaparecidos de la última dictadura militar. La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra. La aplicó, pero no la inventó…
Un siglo antes el general Roca había usado contra los indios esta obra maestra de la crueldad que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva.
En Argentina, como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. Desaparecieron antes de aparecer.
El general Roca llamó «Conquista del desierto» a su invasión de las tierras indígenas.
La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada habitado por nadie. Y los indios siguieron desapareciendo después.
Los que se sometieron y renunciaron a la tierra y a todo fueron llamados «indios reducidos». Reducidos hasta desaparecer…
(Tomado de un trabajo aparecido en http://www.kaosenlared.net)
Muy interesante. Deja que lo relea unas veces mas, porque hay detalles de detalles…
Sigues siendo ese ninho que ve sin ateojeras, que bueno saber que esa cualidad no sólo es propia de la infancia, un abrazo para Eduardo!!