Chile, Brasil y Argentina, seguidos de Cuba y México, cargaron con la mayoría de los premios Coral del XXX Festival de Cine de La Habana, que cerró sus puertas este viernes, después de 10 días de fiesta del celuloide.
El filme chileno Tony Manero, del director Pablo Larraín, se alzó con el primer premio Coral, el más importante del Festival, al que sumó el de mejor actuación masculina para Alfredo Castro, por el protagónico en la misma película, y el segundo premio Coral al mejor documental: El diario de Agustín, de Ignacio Agüero.
Chile también obtuvo segundo premio al mejor filme animado, V al Paraíso, de Pablo Alibaud Hortal, y una mención especial del jurado por La buena vida, de Andrés Wood.
El jurado de ficción, que encabeza en esta edición el realizador peruano Francisco Lombardi, justificó su decisión a favor de la película de Larraín por «su arriesgada y singular aproximación a la vida bajo la dictadura de (Augusto) Pinochet, retratada a partir de un universo personal marcado por la obsesión, la violencia y la muerte».
«¡Qué buena noticia! ¡Maravilloso! (…) Ya me sentía premiado por el hecho de venir acá, de verdad que estoy muy feliz», declaró a la prensa Sergio Armstrong, el director de fotografía de Tony Manero, quien trajo el filme a La Habana.
Brasil cargó cinco corales, tres de ellos por Línea de pase, de Walter Salles y Daniela Thomas, que ganó el segundo premio de largometraje de ficción, mejor actuación femenina para Sandra Corveloni y mejor edición para Gustavo Giani y Lívia Serpa.
También ganó el segundo premio de ópera prima: Mutum, de Sandra Kogu, y a la mejor música original para Fernando Moura y Marcos Suzano, por Maré, nuestra historia de amor.
Argentina fue otro país de gran cosecha: un premio especial del jurado para Leonera, de Pablo Trapero, que también ganó para Graciela Oderigo la mejor dirección artística.
Albertina Carri se alzó con el coral a la mejor dirección por La rabia, y Javier Van de Couter el de mejor guión inédito: Mía.
México, Cuba, Uruguay, Colombia y Perú también obtuvieron galardones en una competencia que abarcó a 114 filmes.
El festival estuvo marcado por la presencia de una nueva generación de cineastas, que ya va sustituyendo a los fundadores del llamado Nuevo Cine Latinoamericano, como su presidente, Alfredo Guevara y cuatro veteranos laureados con Corales de Honor: el chileno Miguel Littín, el mexicano Paul Leduc, el brasileño Nelson Pereira Dos Santos y el boliviano Jorge Sanjinés.
Littín, de 66 años, dijo a AFP que «hay un relevo brillante, mujeres y hombres jóvenes que están haciendo grandes filmes, tanto documentales, en ficción y en otros géneros».
El plato fuerte del Festival fue la proyección de las películas de Steven Soderbergh sobre Ernesto Che Guevara, El Argentino y El Guerrillero, bien acogidas por el público y la crítica, que aclamaron a su protagonista, el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien las presentó.
Otro capítulo significativo fue el retorno de la actriz británica Vanessa Redgrave, quien regresó a Cuba 45 años después de su primera visita para presentar la película La fiebre, de su hijo Carlo Gabriel Nero, de la cual es protagonista principal y productora.
Según fuentes del Instituto de Cine (ICAIC), medio millón de espectadores asistieron a la salas de cine, que además proyectaron otras 400 películas fuera de competencia, incluidas las más reconocidas del cineasta británico Mike Leigh, quien fue homenajeado en La Habana.
Esos espectadores, en votación directa en salas, otorgaron su preferencia (Premio del Público) a Los dioses rotos, del cubano Ernesto Daranas.
(Tomado de http://ecodiario.eleconomista.es)