¿Necesitan mujeres los hombres de Latinoamérica?

La violencia de género es una realidad alarmante en casi todos los países del continente.

Por Janelle Pumariega Santana

Foto: Prensa Latina

Foto: Prensa Latina

Cuando las películas recrean ambientes de prostitución, abusos sexuales, embarazos no deseados, pobreza… apenas reflejan parte de la realidad de muchas latinoamericanas sometidas hoy a la violencia por cuestiones de género.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), del 17 al 53 por ciento de las féminas de cada país en América Latina son impactadas por esta problemática, que no abarca solamente las agresiones físicas, sino que comprende además toda una serie de fenómenos psicológicos y sociales.

Feminicidios

Entre las manifestaciones más frecuentes y visibles de este tipo de violencia en el continente latinoamericano está el feminicidio, que son las muertes de mujeres por razones ligadas a su sexo.

En ese sentido destacan los casi dos mil asesinatos de féminas ocurridos en 15 años en Ciudad Juárez, Chihuahua, lo cual es considerado el feminicidio colectivo más atroz de México.

Las naciones del Triángulo Norte son también casos sobresalientes: de 2005 a 2014 Honduras reportó alrededor de 4 mil muertes violentas de mujeres, lo cual ubica a dicho país entre los 12 con la tasa más elevada de crímenes bajo la lógica de género a nivel mundial, según refleja un informe del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD).

En tanto Guatemala y El Salvador suman entre los dos más de cinco mil feminicidios desde 1990, de acuerdo con estadísticas de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Violaciones a los derechos de planificación familiar

Como otra forma de violencia de género sobresale la prohibición del aborto y de la fertilización in vitro.

Isabel Soto Mayedo, periodista de Prensa Latina que por más de 14 años sigue estas problemáticas, afirmó que la subsistencia de dichas prohibiciones en algunos países se debe a la presencia mayoritaria del catolicismo en Latinoamérica, y aludió a casos específicos en los cuales las fuerzas políticas establecieron concordatos con los jerarcas de esa Iglesia y desatendieron el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su vida.

Feminización de la pobreza, prostitución, desigualdad de pagos

La feminización de la pobreza, la migración y la prostitución engrosan la lista de temas vinculados a la violencia de género.

Soto Mayedo explicó que durante siglos pasados la migración era mayormente masculina. Acorde con la lógica patriarcal el hombre era el encargado de proveer a las familias. Sin embargo en las últimas décadas esa cuestión comenzó a cambiar y ahora los analistas hablan de una feminización de la migración, como antes de la pobreza.

La desigualdad de pagos también es característica de la violencia de género en el continente, donde muchas son las mujeres que ganan menos que los hombres por jornadas laborales similares o más extensas, y por tareas incluso más complejas.

¿Qué hacer al respecto?

Si bien varios países aprobaron leyes para erradicar estas y otras violaciones a los derechos de las féminas, todavía resultan infringidas con frecuencia.

A juicio de la periodista de la Redacción de Internacionales del diario cubano Juventud Rebelde, Yailé Balloqui, los Gobiernos tienen que aumentar las medidas en favor de las mujeres, pero sin caer en métodos represivos, error que muchos cometen.

“Son necesarias acciones concretas que eduquen, no que amenacen ni impongan”, sentenció Balloqui, especializada en la región latinoamericana.

Hace más de cinco centurias la violencia de género es prácticamente naturalizada debido a la prevalencia del sistema patriarcal, la jerarquización de la sociedad ligada a este, y los dogmas de la Iglesia Católica.

La creación de organizaciones feministas, la postura de varios medios de prensa en pos de los derechos de la mujer, las investigaciones científicas desarrolladas por universidades y las leyes de algunos países, son ejemplos dados por las especialistas Soto Mayedo y Balloqui para ilustrar el avance de la lucha contra este flagelo.

Es evidente que todavía falta un largo tramo de cambios, pues para eliminar la violencia de género hay que erradicar el machismo, ir desmontando poco a poco un aparato ideológico aferrado a la conciencia humana a través de los siglos. Sin embargo, si bien lleva tiempo, es perfectamente posible.

(Fuente: Granma)

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