Las teorías sobre el origen del anillo de compromiso son variadas y difusas en cuanto a materiales y especificaciones en su uso en las diferentes etapas de la historia. Sí coinciden en contar que fueron los egipcios los primeros en utilizarlos.
Podrían ser de marfil, hueso, cuero e incluso fibras de plantas, y el hombre se lo entregaba a su mujer en señal de confianza. Se ponían en el dedo anular de la mano izquierda, porque está conectado con la ‘vena amoris’ que va directa al corazón.
También hay registro de que romanos y griegos sellaban su amor con un anillo de metal. Y en el siglo XIII se cree que fue aceptado totalmente por el clero cristiano como señal de compromiso y amor entre los novios.
En 1477 se da un hito importante en la historia del anillo. Maximiliano de Austria le entrega a María, hija del duque de Borgoña, el que se dice fue el primer anillo de compromiso con diamantes.