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Fenómeno climático El Niño mantendrá su influencia

imagesMientras en Cuba vivimos un invierno inusualmente cálido y lluvioso, la agencia espacial de Estados Unidos, la NASA, ha advertido que el fenómeno conocido como El Niño no muestra señales de amainar y ha generado un “caos climático” en todo el planeta, además de que podría ser seguido por La Niña tras su fin previsto para marzo.

En un comunicado, la NASA se refirió a las altas temperaturas de la superficie oceánica y en el hemisferio norte, y la circunstancia de que este año “El Niño no muestra signos de retroceder” y será tan “poderoso” como “el peor de la historia”, el registrado en 1997-1998, que tuvo como consecuencia graves inundaciones y sequías extremas a escala mundial. De hecho, prevé los mayores impactos en los inicios del año que recién comienza.

Entre las razones para el pronóstico están las alturas superiores en el nivel del océano Pacífico, lo que evidencia la existencia de una gruesa capa de agua caliente y el hecho de que El Niño, que ocurre cada dos a siete años e históricamente alcanza su expresión más aguda a fines de año para iniciar luego un descenso, no muestra signos de disminución esta vez, a lo que se une el alza de temperaturas debido al calentamiento global.

En los últimos meses, El Niño ha generado eventos climáticos como sequías e inundaciones que han llegado a afectar la producción mundial de arroz, trigo, café y otros cultivos y provocado el alza en los precios internacionales de los alimentos.

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Informe estadounidense plantea avance de cambio climático

Washington, 6 may (PL)—. El cambio climático, considerado un problema del futuro, avanza firmemente en la actualidad y con efectos dramáticos sobre cada parte de Estados Unidos, revela hoy un forme de la Casa Blanca.

imagesLa Valoración Nacional del Clima, que analiza los efectos del calentamiento global en el país, concluye que el cambio climático aumenta las temperaturas, lo que hace que la escasez de agua y los incendios forestales sean más comunes.

Centro de fuertes contradicciones políticas, el tema ambiental es abordado por el estudio que subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para combatir sus amenazas.

El informe precisa que ahora el verano es más largo y más caliente, y ocurren períodos de calor inusualmente largos, mientras los inviernos son generalmente más cortos y más calientes.

Las observaciones revelan en forma inequívoca que el clima está cambiando y que el calentamiento de los últimos 50 años se debe principalmente a las emisiones antropogénicas de gases que retienen el calor.

John Holdren, asesor científico de la Casa Blanca, estimó que el estudio es la alarma más fuerte y más clara hasta la fecha sobre los impactos del cambio climático.

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Crece casi un grado Celsius temperatura anual en Cuba

La temperatura media anual de Cuba creció desde 1951 hasta hoy aproximadamente 0,9 grados Celsius, confirmó Ramón Pérez, especialista del Centro del Clima, perteneciente al Instituto de Meteorología.

Entrevistado en el espacio televisivo Mirada de lunes, el Doctor en Ciencias comentó que el mayor incremento en los últimos 70 años ocurre en la temporada invernal con unos 1,4 grados Celsius por encima de los registros anteriores.

Sobre las temperaturas del verano cubano, Pérez reiteró que los meses de julio y agosto continúan siendo los más calurosos y los seres humanos están llegando a límites para adaptarse al medio ambiente.

Mencionó entre los factores para la subida del mercurio en los termómetros la mayor radiación solar y la sequía, que aumentan considerablemente la temperatura de la superficie terrestre.

Siempre esperamos mucho calor en agosto, pero si lloviera bien en este período la situación fuera diferente, manifestó el experto, quien vaticinó altos valores de la canícula en septiembre.

Pérez precisó que en esta etapa veraniega se han reportado elevados registros, pero ninguno supera los 38,8 grados Celsius, la mayor marca en el país alcanzada el 4 de abril de 1999 en la estación de Jucarito, de la oriental provincia de Granma.

De acuerdo con opiniones de una especialista citadas por el referido espacio, el cuerpo humano siente en verano cuatro grados más de calor que el existente en el entorno.

(Fuente: Prensa Latina)

En el 2011, el clima se hará sentir con más fuerza

Inundaciones en AustraliaEn una investigación publicada hoy por el diario El Clarín, se afirma que las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes y letales, y se están batiendo todos los récords de inundaciones, nevadas y huracanes. No se trata de fenómenos nuevos, pero sí de una intensidad inusitada.

A continuación, un fragmento del reportaje del diario argentino:

Un fenómeno que se extiende por todo el planeta, que marcó el 2010 como el de mayores catástrofes naturales en un siglo y que predice para el 2011 un año en el que vamos a vivir peligrosamente. Terremotos, olas de calor, inundaciones, deslizamientos, sequías, tifones y tsunamis mataron en el mundo a más de medio millón de personas en los últimos 14 meses. Es decir que en este período murió más gente por los desastres naturales que por ataques terroristas en los pasados 40 años.

Sólo en las últimas semanas se produjo “la peor tragedia de la historia de Brasil”, cuando unas inéditas lluvias sacudieron los estados de Río y Sao Paulo y dejaron al menos mil muertos.

Llovió ocho días seguidos con una intensidad inédita. Pero nada nuevo en un territorio acostumbrado a recibir los coletazos de las tormentas del sistema del Amazonas. La diferencia, ahora, es que las débiles laderas de los morros están abarrotadas de gente que vive en viviendas de las más precarias. El resultado es que los deslaves sepultaron a centenares.

En forma paralela se inundó una superficie equivalente a las del tamaño de Francia y Alemania juntas en el estado de Queensland, Australia. Las riadas arrasaron con todo a su paso por pequeños pueblos y ciudades hasta llegar a Brisbane, la tercera en población australiana. Hubo al menos 70 muertos y más de 7 000 millones de dólares en pérdidas.

La diferencia en la cantidad de víctimas entre Brasil y Australia no tuvo nada que ver con las precipitaciones que fueron equivalentes, sino en el hecho de que la población brasileña se encuentra en estado más vulnerable.

En Pakistán, con condiciones similares, las aguas cubrieron una superficie de 160 000 kilómetros cuadrados, desplazó a dos millones de personas y dejó 17 000 muertos, el equivalente a toda la gente que falleció en accidentes aéreos en todo el mundo en los últimos 15 años.

Y esta semana, ocurrió algo verdaderamente insólito. Se inundó Jedah, la segunda ciudad de Arabia Saudita, levantada en el medio del desierto.

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Invierno marcado por La Niña

Por Orfilio Peláez

Invierno en La HabanaLos expertos del Centro del Clima del Instituto de Meteorología lo acaban de ratificar en las recientemente emitidas perspectivas climáticas para la etapa noviembre-abril.

El evento de enfriamiento de las aguas del océano Pacífico ecuatorial conocido como La Niña o AENOS, mantendrá la categoría de fuerte alcanzada en el mes de septiembre, hasta febrero y quizás marzo del año entrante, según sugieren la mayoría de los modelos consultados.

Como muestran los resultados de las investigaciones hechas al respecto, el principal impacto de ese fenómeno de interacción océano-atmósfera sobre el comportamiento del clima en Cuba durante el período poco lluvioso que incluye a nuestro benigno invierno, se relaciona con la disminución de los totales de precipitación mensuales.

Así, para los trimestres noviembre-enero y febrero-abril, deben ocurrir acumulados de lluvia cercanos o por debajo de lo normal en las tres regiones del país, mientras las temperaturas medias apuntan a tener valores cercanos a los habituales de esta época, es decir, habrá que sacar abrigos y frazadas, sobre todo en diciembre, enero y febrero.

Es oportuno señalar que estas predicciones caracterizan el período estacional en su conjunto y no significan que cada mes tenga las mismas condiciones sinópticas a las esperadas.

Asimismo, la confiabilidad de los modelos disminuye con el paso del tiempo, por tanto, los especialistas del Centro del Clima actualizarán los vaticinios a finales de enero.

El hecho de comenzar el período poco lluvioso con perspectivas climáticas desfavorables a la ocurrencia de precipitaciones, obliga a prestar mucha atención a las áreas del país que mantienen déficits de lluvia de moderados a extremos desde meses anteriores, como sucede en las provincias de Pinar del Río y La Habana.

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¿Quién cocinó al planeta?

st1\:*{behavior:url(#ieooui) } Por Paul Krugman (*)

Tierra en llamasNunca hay que decir que los dioses no tienen sentido del humor. Apuesto a que todavía se están riendo en el Olimpo por la decisión de hacer la primera mitad del 2010, el año en que murió toda esperanza de una acción para limitar el cambio climático, la más caliente en los registros.

Claro, no se pueden inferir tendencias en las temperaturas mundiales por la experiencia de un año. Sin embargo, ignorar ese hecho ha sido desde hace mucho uno de los trucos favoritos de quienes niegan el cambio climático: señalan un año inusualmente caliente en el pasado y dicen: «¡Miren, el planeta se ha estado enfriando, no calentándose, desde 1998!» En realidad, fue el 2005 y no 1998 el año más caliente hasta la fecha; pero el punto es que las temperaturas que rompen récords que estamos experimentando actualmente han hecho que un argumento tonto sea aún más disparatado, y en este momento no funciona ni siquiera en sus propios términos.

Sin embargo, ¿acaso alguno de los negadores dice: «Está bien, creo que me equivoqué», y apoya la acción climática? No. Y el planeta seguirá cocinándose.

Hablemos primero sobre lo que no provocó el fracaso, porque ha habido muchos intentos por culpar a las personas equivocadas.

Antes que nada, no actuamos debido a dudas legítimas sobre la ciencia. Sin embargo, cada evidencia válida —promedio de las temperaturas a largo plazo que suavizan las fluctuaciones año con año, el volumen del mar congelado en el Ártico, el derretimiento de los glaciares, la relación entre altas récord y bajas récord— apunta a un aumento continuo, y posiblemente bastante acelerado, en las temperaturas mundiales.

La evidencia tampoco está contaminada con un mal comportamiento científico. Es probable que hayan escuchado sobre las acusaciones contra investigadores del clima: alegatos de datos inventados, el presuntamente condenatorio correo electrónico del ‘Climagate’, y así sucesivamente. De lo que es posible que no se hayan enterado, porque ha recibido mucha menos publicidad, es que cada uno de estos presuntos escándalos se desenmascaró al final como un fraude tramado por los oponentes a la acción climática, que después muchos introdujeron en los medios informativos. ¿No creen que cosas semejantes puedan suceder?

¿Las inquietudes razonables acerca del impacto económico de la legislación sobre el clima bloquearon la acción? No es tampoco la causa. Siempre ha sido chistoso, en una especie de forma de humor negro, observar a los conservadores, que alaban el poder ilimitado y la flexibilidad de los mercados, dar un giro de 180 grados e insistir que la economía se colapsaría si le pusiéramos un precio al carbono. Todas las estimaciones serias indican que podríamos introducir paulatinamente límites a la emisión de gases invernadero con un impacto reducido sobre el índice de crecimiento de la economía.

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Capa protectora del clima y de la vida

Los gases producidos por el hombre para la refrigeración, procesos químicos, extinción de incendios y fungicidas, son los causantes principales de la destrucción del ozono estratosférico.

El 16 de septiembre de cada año se celebra, desde 1995, el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, que protege a la Tierra y a sus habitantes de los rayos ultravioletas del Sol. A pesar de su importancia, y debido a la fabricación y uso de gases sintéticos, con el paso del tiempo, esta se ha ido deteriorando.

agujero capa de ozono

En 1974, Sherwood Rowland y Mario Molina, dos químicos de la Universidad de California, presentaron la hipótesis de que las continuas emisiones de gases químicos, fabricados por el hombre, causaban daños en la capa de ozono.

Los gases sintéticos, conocidos como clorofluorocarbonos (CFC) –producidos para la refrigeración–, llegan a la atmósfera y se descomponen por las radiaciones ultravioletas.

Las moléculas de cloro, que se liberan en la descomposición de los CFC, inician un proceso de reacción en cadena que destruye gran cantidad de ozono estratosférico, explica Ricardo Sánchez Sosa, director de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

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