Desde la infancia, las personas aprenden que los bichos hacen daño, sobre todo si se trata de cucarachas, arañas peludas o escorpiones; sin embargo, en varios lugares de Cuba, los de la especie Rhopalurus junceus —el llamado alacrán colorado o azul— se mantienen bajo cuidados especiales.
El Grupo Empresarial Labiofam posee casi en todas las provincias del país sitios dedicados a la cría de esta especie endémica, pues el líquido urticante responsable de que sean tan fuertes sus picadas tiene, además, un valor medicinal.
Arlety de Sanfiel, especialista en cría del alacranario de Villa Clara, explicó a la AIN que la toxina que se extrae de estos arácnidos es la base para la eleboración del Vidatox, un medicamento homeopático antitumoral, analgésico y antinflamatorio, que se produce en La Habana.
Los 30 000 ejemplares del animal que viven en el poblado de Las Minas, a la salida de la cabecera provincial, son sometidos cada mes a un proceso de estimulación para obtener su veneno, conocido entre los trabajadores como ordeño.
En el momento de efectuar la extracción, los animales son sacados de los frascos donde permanecen en cautiverio y sometidos a un estímulo eléctrico de 20 minivoltios, lo que provoca la excreción de la ponzoña, explicó