Los eventos meteorológicos siempre han tenido un lugar entre nosotros, y siempre lo tendrán. Uno no puede asociar a una simple tormenta severa o incluso a un invierno muy crudo como evidencia del cambio climático. Sin embargo crece la tendencia al aumento en intensidad de estos fenómenos. Las sequías persisten por períodos más largos. Los huracanes son más fuertes. Las tormentas de nieve nos afectan incluso cuando el invierno debía haber terminado. Se ha impuesto un récord mundial en caídas de granizos.
China sufre una devastadora sequía, y luego es castigada por las inundaciones. Millones han desaparecido en inundaciones de proporciones históricas en Pakistán. Estados Unidos ve el río Mississippi inundarse significativamente y luego ve el mayor incendio forestal en la historia de Arizona. Ninguno de estos eventos, por ellos mismos, significan nada. Viéndolos en su conjunto, significan que hemos estado viendo el cambio climático en la Tierra delante de nuestros propios ojos.