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Emocionante despedida del nieto de Galeano: «El tabaco nos robó toda nuestra gran literatura»

Tom Nepomuceno Hughes dio a conocer el emotivo mensaje de despedida a su abuelo con fuertes críticas a su adicción a los cigarrillos.

0012465407«El tabaco nos ha robado toda nuestra gran literatura y pensamiento. Imagine cuántos libros él podría estar escribiendo en los próximos años», advirtió Tom Nepomuceno Hughes, nieto de Eduardo Galeano, en una carta que sirvió tanto de despedida a su abuelo como de advertencia a todas aquellas personas que también fuman.

En el mensaje, que fue difundido por la Presidencia de Uruguay, Hughes se pregunta «¿qué será de América Latina?» ahora que no tiene las agudas reflexiones de Galeano y tantos otros intelectuales muertos por el tabaco. «¡Maldición! Lo necesitamos… pero él tenía que fumar», lamentó.

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Los nadies, de Eduardo Galeano

galeanoSueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana,
ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Haití, país ocupado (un artículo de Eduardo Galeano)

Por  Eduardo Galeano

Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América.

Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con seiscientos cincuenta mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.

Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra, sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.

Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó.

Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo.

De todo eso, sabemos poco o nada.

Haití es un país invisible.

Solo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató a más de doscientos mil haitianos.

La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.
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Rinden homenaje en México a Eduardo Galeano

Por Erika Montaño Garfias

Eduardo Galeano es homenajeado en MéxicoEduardo Galeano recibió en México este martes el diploma de honor y la Medalla 1808 como reconocimiento a su trayectoria, en una ceremonia realizada en el antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Durante su discurso, Galeano agradeció a México y manifestó su solidaridad con el país «ahora que esta tierra entrañable está siendo víctima de la hipocresía del narcosistema universal, donde unos ponen la nariz y otros los muertos, y unos declaran la guerra y otros reciben los tiros.

«Y en estas horas duras, México está recibiendo veladas amenazas del gran hermano del norte que parece que quiere venir a salvar a este país de la violencia y del caos, y eso corresponde a la tradición mesiánica del hermano del norte que a lo largo de casi toda su vida independiente se ha consagrado a esa tarea, al parecer encomendada por Dios, de salvar a los países que necesitan su ayuda. Me parece muy peligroso, porque en la experiencia, esa ayuda ha sembrado al mundo de dictaduras militares, ha convertido a Irak en un manicomio y está convirtiendo a Afganistán en un vasto cementerio.

«A mí —dijo— me parecen peligrosos todos los mesianismos, tengan el color político que tengan y provengan de la religión de donde provengan. El único mesianismo que no parece peligroso es el mesianismo de Lionel Messi, el mejor jugador de fútbol del mundo».

Antes de la ceremonia, en la que recibió la medalla de manos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y a la que asistieron los escritores Elena Poniatowska y Jaime Labastida, entre otros, el autor de Las venas abiertas de América Latina se reunió con la prensa, y habló de los sucesos de los días recientes en Medio Oriente, el narcotráfico, su voto en favor de la legalización de las drogas como única salida al problema, tema que ha sido una constante en sus entrevistas recientes.

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