“Hace falta una carga para matar bribones, / para acabar la obra de las revoluciones; / para vengar los muertos que padecen de ultraje, para limpiar la costra tenaz del coloniaje; / … “ Yo destrozo mis versos, los desprecio, los regalo, los olvido: me interesan tanto como a la mayor parte de nuestros escritores les interesa la justicia social”.
La voz que con tanta vehemencia se opuso a quienes se escudaban en la intelectualidad para esquivar la defensa de la patria, no es otra que la de Rubén Martínez Villena, el joven habanero que con el tiempo se consolidó como gran revolucionario y destacado poeta.
Rubén Martínez Villena nació en Alquízar el 20 de diciembre de 1899. Sus padres lo educaron en la modestia y la honradez, la bondad y el honor, la voluntad y el gran sentido del deber. Estas y otras notables influencias encaminaron su paso recto por la existencia que sólo duró poco más de tres décadas.
La familia Martínez Villena se trasladó a la capital cuando el pequeño contaba con solo cinco años de edad. Aquí cursó la primaria, el bachillerato en Letras y Ciencias y los estudios de abogado para dejar complacida a su madre. Pero sólo un año después inició su cruzada contra los bribones.