Gerardo Hernández, penado a doble cadena perpetua más 15 años y confinado en una penitenciaría de máxima seguridad en Victorville, California, radicó el 16 de agosto en un tribunal de Miami y ante la jueza Joan Lenard, la misma que los condenó a todos en el 2001, una réplica de 65 páginas en la que se incluyen nuevos argumentos de este recurso.
La réplica es el paso que siguió a la respuesta del gobierno estadounidense, cuando en octubre del 2010 la Defensa entregó a la corte miamense el memorando de la apelación.
Ahora, entre los documentos aportados por su representación legal, hay tres anexos con una declaración jurada del abogado Paul McKenna, en la que este admite que tuvo errores en la defensa de Gerardo Hernández.
Además se abunda en otros dos textos acerca del pago de un cuarto de millón de dólares a periodistas de medios de prensa de Miami, instruidos para demonizar a los acusados y lograr de antemano una sentencia de culpabilidad.
El curso normal del caso de Hernández Nordelo ya acabó desde el punto de vista jurídico, pero se apeló a ese procedimiento extraordinario, oportunidad que se otorga por una sola vez a los convictos cuando se agotaron sin éxito todos sus recursos legales.
Precisamente, el Hábeas corpus lo solicita un acusado cuando considera que han sido violados sus derechos fundamentales, amparados por la Constitución del país, por lo que acude a una corte para revisar la sentencia.
En abril pasado la fiscal Caroline Heck Miller, actuando en nombre del gobierno de Estados Unidos, solicitó al tribunal miamense rechazar el trámite legal que favorecería al antiterrorista cubano.
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