Entrevista a la doctora Nuria Gregori Torada, directora del Instituto de Literatura y Lingüística.
Por Onaisys Fonticoba
La primera vez que entrevisté a la doctora Nuria Gregori Torada, su personalidad me pareció tan grande como la sonoridad de su nombre. Llegamos al Instituto de Literatura y Lingüística “José Antonio Portuondo Valdor” (ILL) por un trabajo de clase sobre la Sociedad Económica Amigos del País (SEAP), pues comparten el mismo enclave.
La Doctora, además de dirigir el ILL, también era (y es) vicepresidenta de la SEAP, de modo que aquel encuentro, más que la entrevista que pretendimos hacer, fue un recorrido por la historia de Cuba y de nuestra identidad.
Cinco años después, Nuria Gregori aún me parece grande. Y no es por sus aportes al estudio de la Lengua Española, o por su labor como presidenta del Consejo de Ciencias Sociales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; como académica de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba; miembro de la Academia Cubana de la Lengua, o como Correspondiente de la Real Academia Española y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Sin demeritar alguna de esas funciones —a las cuales podrían sumarse otras no menos importantes—, debo confesar que la admiración proviene de su entrega total a los proyectos que realiza, de su profunda convicción patriótica, de su modestia, y de su empuje a favor del mejoramiento humano.
El despacho estaba casi igual que años atrás: libros, libros por doquier, más libros que aire…, y no podía ser de otra manera, en el Instituto se atesoran materiales hace más de dos siglos, desde que su biblioteca —la más antigua de Cuba— perteneciera a la Sociedad Económica Amigos del País, fundada en 1793.