Seas o no un fanático de las matemáticas, el mundo de los números es igualmente interesante, ya que están presentes en todo. Hay un digito que llama mucho la atención, se trata del cero.
A diferencia de otros números, que representan una cantidad, es lo opuesto, ya que corresponde a la falta absoluta o nula de cantidad por lo que es muy difícil utilizarlo en descripciones y, no cabe dentro de las clasificaciones que suelen utilizarse en las matemáticas modernas.
El cero es un número muy interesante y, la Revista Semanal de Radio Reloj te contará algunas curiosidades sobre este dígito que no responde a las clasificaciones comunes del resto de los números.
El cero es la nada y, la nada es muy difícil de definir, más allá de la ausencia de cantidad, por eso su estudio es tan complejo e interesante para los matemáticos, ya sea modernos o aquellos precursores de las ciencias exactas.
Un poco de historia
El origen del cero se remonta a culturas antiguas: los egipcios lo consideraban la base del nivel para la creación arquitectónica de pirámides y tumbas e incluso tenían un símbolo para él.
Para la cultura mesopotámica, el cero era una espacio nulo entre los números sexagesimales, un sistema basado en el número 60 y sus sub-bases intermedias, las cuales eran utilizadas para identificar diferentes variables.
Los griegos y romanos, más avanzados en el área de la aritmética, tenían sentimientos encontrados con el cero, ya que no lograban entender o explicar el concepto de ausencia como algo lógico, llegando casi a ser un problema filosófico.
Fue en siglo XXI, cuando los conocimientos de culturas como la árabe e india dieron la base al sistema decimal en Europa, el cero pasó a ser considerado un digito en sí y, comenzó a ser utilizado en varias áreas de la ciencia.