Por Pedro de la Hoz
Tuvo su estreno el pasado septiembre en San Sebastián, España, pero su autora espera con mucha más ansiedad el encuentro con los espectadores cubanos durante el próximo 30 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
Titón: de La Habana a Guantanamera se ha convertido en una de las criaturas más queridas por Mirtha Ibarra, quien con esta obra documental da el salto de la actuación a la realización fílmica.
Programada para exhibirse en una presentación especial a las 8:30 p.m. en la sala Chaplin el día 11 de diciembre, justo cuando Tomás Gutiérrez Alea (Titón) hubiera cumplido 80 años de edad, la película registra la impronta creadora de uno de los fundadores de la nueva cinematografía cubana.
Como se sabe, Mirtha fue musa y compañera de Titón a lo largo de los últimos 20 años de la vida del director de la paradigmática Memorias del subdesarrollo. Gutiérrez Alea presentó a Mirta en Hasta cierto punto (1983) y la hizo encarnar uno de sus mejores papeles en Fresa y chocolate (1994). Luego de la desaparición física del cineasta en 1996 le ha rendido culto a su legado.