st1\:*{behavior:url(#ieooui) } Por Luz Marina Fornieles
Hace apenas unos días, la artista cubana Zaida del Río celebró su cumpleaños, en plena faena creadora dentro y fuera del país.
Coincidiendo con su exposición personal de tema hindú abierta recién en La Habana, también por estas jornadas cuadros suyos, junto a los de su colega y coterráneo Ernesto García Peña, despiertan el interés de los amantes de las artes plásticas en Finlandia.
Como reconocimiento al quehacer artístico de Zayda, reproducimos entonces algunos fragmentos de una entrevista realizada hace un tiempo, a quien se considera una mujer de otro mundo.
La sorprendí en su faena preferida y habitual en una mañana soleada, y su trazo virtuoso me deslumbró.
Ponía tanta pasión en lo que hacía y había tanto de fantasía, autenticidad e imaginación, que tal parecía que el lienzo cobraría vida y saldría volando, como sus mujeres-pájaros.
¿Cómo presentarla en una sola palabra o frase?, me preguntaba yo, si ella encierra en sí misma a tantas personas. Dibujante, pintora, ceramista, grabadora, decoradora, litógrafa y poeta, a la artista plástica cubana Zaida del Río no se le puede encasillar en una sola faceta.
P: Le interesa trascender en el tiempo, ¿cómo quiere que la recuerden?
—No me importa mucho trascender. Lo que tiene que suceder, sucederá. En tiempos futuros se harán películas sobre mí: Soy una personalidad interesante, fuera de lo común. He tenido pasiones, amores, equivocaciones… Yo vengo desde atrás, de otros mundos.
Pero, en realidad, no me importa trascender o no. Lo que sí me importa es el presente.
P: De su apego al dibujo…, ¿qué puede decirnos?
—Parece ser un problema psíquico. A mí me gusta mucho pintar. Mi mundo es de muchos detalles… a veces me gustaría ser más suelta, como otros de mis colegas contemporáneos; mas ciertamente tengo un amor por la definición y por la línea. Siempre el dibujo está presente.
P: Otra constante de sus creaciones ha sido la figura humana…
—Así es, y como he declarado muchas veces casi siempre me pinto a mí misma, porque parto de mis vivencias personales; sin embargo, también mi espacio creativo ha involucrado la naturaleza, el monte, la mitología afrocubana, las flores, las palmas, los flamboyanes y los animales…