Atendiendo a que están al borde de la extinción, su hábitat se reduce, la caza aunque furtiva continúa y para colmo de males son víctimas también de las guerras, el llamado de Naciones Unidas pretende aunar más voluntades para evitar que de estos grandes simios nos quede solamente el recuerdo en fotos.
Entre los desafíos que se propone la campaña, abarca lograr una mayor financiación para proyectos de recuperación medioambiental y conservación animal, que han demostrado buenos resultados cuando han sido llevados a cabo de forma eficiente.
Un ejemplo de ello es el Programa Internacional para la Conservación del Gorila (IGCP), en el que participan diversas organizaciones, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Fundación Africana para la Naturaleza y la organización Fauna y Flora Internacional.
Su trabajo, centrado en la conservación del gorila de montaña, obtuvo logros importantes en Uganda, donde la población de gorilas de montaña decreció el pasado año en un diez por ciento, situándose en los 340 ejemplares.