Por José Rubiera
A principios de agosto decíamos que posiblemente el 2010 sentara un nuevo récord en el mundo en cuanto a alta temperatura se refiere, clara evidencia de un cambio climático que ya se siente, aunque todavía no es irreversible. Por supuesto que para conocer la realidad tendremos que esperar a que se termine el año, pero mientras tanto, nuevas evidencias se suman a esta presunción.
Sabemos que junto al aire, las aguas oceánicas también se calientan, y que ese alto contenido de calor del mar es el combustible que necesitan los ciclones tropicales para su desarrollo.
Este combustible ha estado tan abundante que podemos decir que, hasta la fecha, la actual temporada de huracanes, o ciclónica, 2010 ya pasará a la historia de los récords.
Al alcanzar “Julia” ayer la categoría 4 en el lejano Atlántico durante algunas horas, ha sido catalogado para la historia como el primer huracán que alcanza tal intensidad tan al este, próximo a África. Al mismo tiempo, ha hecho que el 2010 sea la segunda temporada en las estadísticas en que dos huracanes alcanzan categoría 4 simultáneos en el Atlántico, pues “Igor” siguió manteniendo su intensidad en categoría 4, aunque la tendencia es a que se debilite en los próximos días al encontrar aguas más frías. La otra ocasión fue el 16 de septiembre de 1926, cuando durante 6 horas convivieron dos huracanes categoría 4 en el Atlántico.
También el 2010 ha sido el año en que más temprano en la temporada se ha formado un huracán categoría 4 en el Atlántico y la quinta temporada en que se ha formado más temprano el onceno ciclón tropical, el que supera el promedio de 10 ciclones por temporada.
Además, en el 2010 se ha registrado el tiempo más corto en que 4 huracanes categoría 4 alcanzan esa condición. Este 2010 ha dado 4 huracanes categoría 4 en los 20 días que se encuentran entre el 27 de agosto y el 15 de septiembre.
Si bien “Julia, como dijimos más arriba, es el huracán más intenso en formarse en el extremo oriental del Atlántico, “Earl” ha sido el cuarto huracán más fuerte de la historia en llegar a una muy alta latitud en ese océano.
En resumen, las altas temperaturas de la superficie del mar presentes en la actual temporada han ocasionado ya varios huracanes intensos con características importantes para los registros históricos. Pero… la temporada no ha terminado. Queda por ver la segunda mitad de septiembre, en la que debe disminuir algo la actividad, y después octubre, el mes más temible para el Caribe occidental. Después vendrá noviembre, usualmente más benigno. Veamos qué sucede.
(Fuente: CubaDebate)