st1\:*{behavior:url(#ieooui) } Por José Rubiera
Lo dice la estadística, o climatología de muchos años, de los ciclones tropicales del Atlántico: la máxima actividad o “pico” se alcanza entre el 1 y el 10 de septiembre. Y como para recordárnoslo, hay ahora tres ciclones tropicales en nuestra cuenca oceánica.
En primer lugar “Danielle”, aunque ya va pasando a la historia. En el momento en que Ud. lea estas líneas debe haberse extratropicalizado, o lo que es lo mismo, perdido características tropicales por encontrarse sobre aguas frías del Norte del Atlántico y entrarle aire frío y más seco en su circulación, y así se convierte en ciclón extratropical.
En segundo lugar “Earl”, que la semana pasada era una onda tropical vigorosa emergida de África, pero que ahora es un huracán categoría 4, con vientos máximos sostenidos de unos 213 km/h y posibilidades de seguir ganando en fuerza, pues tiene por delante aguas muy cálidas y vientos débiles en altura, mientras se acerca peligrosamente a la costa oriental de los Estados Unidos. Sin embargo, dentro de unos cuatro días también encontrará aguas más frías y vientos superiores más fuertes, lo que hará que se debilite.
Y por último, ayer por la tarde se formó “Fiona”, la sexta tormenta tropical de la temporada, a unos 1 290 kilómetros de las Antillas Menores, pero parece que no va a ganar mucho en intensidad durante los próximos dos o tres días. Incluso hay modelos que para entonces la disipan. Va tras las huellas de “Danielle” y de “Earl”, los que han dejado una “huella” o estela de aguas más frías debido a las lluvias que ambos huracanes arrojaron al mar. Hay que recordar que mientras “Earl” estuvo transitando por la misma zona por donde había cruzado “Danielle” unos días antes, se desarrolló poco. Otro factor limitante lo serán los vientos fuertes en la atmósfera superior que encontrará a su paso.
Ahora bien, me gustaría que observaran la característica común de la trayectoria de estos tres ciclones tropicales: han seguido su trayectoria por la periferia del anticiclón del Atlántico, el que ha sido persistente este año en estar cortado más al Este por una vaguada sobre la porción noroccidental del Atlántico, que ha sido incluso reforzada por el paso de “Danielle”. Observen en la gráfica que les acompaño, que estos ciclones tropicales no podían seguir otra trayectoria más que por la periferia del anticiclón y torcer su rumbo al Oeste noroeste y Noroeste, y después al Norte, tras encontrar el borde del anticiclón debilitado por la vaguada, y cada vez más cerca de la costa oriental de los Estados Unidos.
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