Por Lourdes Ordeñana del Río

Con este trabajo pretendemos acercarnos a nuestros Patrimonios Culturales de la Humanidad, declarados por la UNESCO.
Cuba es una nación colmada de historia. Ha sido escenario de pugnas, objeto de codicia y litigio entre grandes potencias y piratas, debido a la favorable y estratégica ubicación y a sus riquezas naturales. Esto nos ha favorecido con ejemplos de creatividad humana, autenticidad o integridad, y con determinados lugares bien conservados, que se miden por parámetros para ser evaluados y reconocidos como patrimonio con trascendencia universal.
Los invitamos, entonces, a un paseo cautivador por los tesoros que exponen estas zonas del territorio nacional.
LA HABANA VIEJA Y SU SISTEMA DE FORTIFICACIONES
Transitar por la parte más antigua de la ciudad es uno de los placeres que más nos atrae a muchos. Sus calles cubiertas de adoquines, los centros comerciales, las comparsas de danzas tradicionales, los artistas en zancos, las jóvenes vestidas de típicas habaneras, los vistosos museos, y hasta el ambiente que nos rodea, son algunas de las causas por las que los foráneos la visitan.
Y en este caso, claro está, nos referimos a La Habana Vieja (y su sistema de fortificaciones), la cual se encuentra ubicada a pocos metros del puerto y conserva la arquitectura típica de la época colonial.
En el año 1982, en una de las sesiones del Comité Intergubernamental de la Convención del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, en París, Francia, fue declarada, por la UNESCO, como el primero de los Patrimonios Culturales de la Humanidad en Cuba. Su estructura muestra una importante etapa histórica, y representa un asentamiento humano tradicional de una cultura, sensible a cambios o modificaciones.
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